Es fundamental que se trabaje con cuidado cuando manipulamos este producto. Es posible que cause graves quemaduras si se maneja con desatención y sin guardar las debidas precauciones. Con el fin de suprimir cualquier posibilidad de accidentes, deberemos protegernos adecuadamente antes de realizar la tarea. La protección deberá darse mediante guantes apropiados a las circunstancias (no de látex), y con ropa también apropiada para cubrirse brazos, cuello, piernas... Asimismo trabajaremos en un lugar bien ventilado.
El primer paso del desatasco propiamente dicho, es verter la sosa por el sumidero. Debe ser un vertido en el que no haya agua, de ahí que tenga que achicarse la instalación (lavabo, fregadero...) si contuviese agua. La sosa que se echará será poca, con una tacita de las de café bastaría. Después de echarla, se verterá agua caliente. Hay que tener mucho cuidado con este paso, pues podrían producirse salpicaduras por la precipitación. Es necesario trabajar lentamente y sin ninguna prisa.
La asociación que se crea entre el agua caliente y la sosa, provoca que las incrustaciones del interior de las tuberías sean reblandecidas y degradadas. Este reblandecimiento irá suprimiendo las costas, para que, después de pasados unos 20 minutos, el agua corriente que caiga del grifo acabe por llevarse los residuos a través de los bajantes. Hay que indicar que la sosa no es negativa para el medio ambiente, pues sus propiedades desparecen poco después de su utilización. Cuando este método no sirve, significa muy probablemente que tendremos que comunicarnos con profesionales.
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